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Mejor con o sin azúcar

Un tema que suele generar mucho interés es el consumo de azúcar en los niños ¿se les debe dar azúcar? La respuesta es sencilla: el azúcar es necesaria para la alimentación de los niños. De hecho, puede ser contraproducente para su salud eliminarla totalmente de su alimentación. La clave está en el balance.

El azúcar se encuentra presente en nuestra alimentación en diferentes formas desde que nacemos. El primer sabor que prueba un ser humano en su vida es el dulce, debido al calostro, que es la leche materna que la madre le da a su hijo en los primeros días de lactancia. Este calostro es dulce gracias a la lactosa, que es un tipo de azúcar presente naturalmente en los lácteos y tiene la energía necesaria para hacer sostenible la vida del bebé durante sus primeros días.

Pasados los tres primeros días de vida, la leche materna sigue ofreciendo energía suficiente para que el niño pueda alimentarse exclusivamente de esta durante sus primeros seis meses. Esto gracias al azúcar, representada en la lactosa.

Por lo anterior, es fácil entender la importancia del azúcar en la nutrición humana, especialmente en la infancia y adolescencia, cuando estamos en etapa de crecimiento. En cualquier forma que la consumamos, el azúcar resulta ser un alimento necesario que aporta energía para todas las tareas que realizamos a diario, e incluso para el propio auto sostenimiento del cuerpo, dado que, aun, durante actividades que no requieren esfuerzo físico, como dormir, el cuerpo gasta energía que debe reponer.

Los niños tienen un ritmo metabólico más alto y gastan calorías con mayor frecuencia, porque están en crecimiento. El azúcar de mesa, o sacarosa, por ser fuente de energía rápida, resulta ser totalmente necesaria durante este periodo de la vida y debe hacer parte de la alimentación de todos los niños. Lo importante es pensar en el equilibrio adecuado en su consumo.  

La clave está en el balance y los buenos hábitos alimentarios.

Por lo expuesto anteriormente, se puede concluir que el azúcar en sus diferentes formas es un alimento natural, que además sirve como una fuente de energía vital para el ser humano en todas las etapas de su desarrollo. ¿Cómo puede ser nocivo entonces este alimento? No lo es, pero si los padres de familia o cuidadores a cargo del niño no están atentos a sus hábitos alimentarios y no fomentan un consumo balanceado tanto del azúcar, como de otros alimentos, es cuando pueden aparecer los problemas de salud.

En Colombia, existen políticas públicas para educar a la población sobre un estilo de vida saludable y con hábitos alimentarios apropiados, y eso también incluye el azúcar de mesa y su consumo apropiado para las personas de todas las edades. 

El Ministerio de Salud cuenta con la Resolución 3808 del 2016, que en el caso específico de los niños ofrece las siguientes recomendaciones nutricionales sobre el azúcar: 

– Niños de 0 a 5 años: 6 cucharaditas diarias. – Niñas de 0 a 5 años: 5 cucharaditas diarias. – Niños de 5 a 12 años: 8 cucharaditas diarias. – Niñas de 5 a 12 años: 7 cucharaditas diarias. – Niños de 12 a 18 años: 13 cucharaditas diarias. – Niñas de 12 a 18 años: 10 cucharaditas diarias. 

Cabe aclarar que estas cantidades de azúcar recomendadas diarias incluyen el azúcar presente en todos los alimentos que se consumen. Por este motivo, vale la pena revisar los contenidos nutricionales de todos los alimentos, especialmente los que son producidos industrialmente, para verificar qué cantidad de azúcar incluyen y no sobrepasar la cantidad diaria recomendada.

También es recomendable que el consumo de azúcar, especialmente en los niños, esté distribuido de forma equitativa en las horas del día específicas para la alimentación (desayuno, onces, almuerzo y demás). 

Recuerde que en los niños es inadecuado forzar la práctica de dietas o regímenes alimentarios restrictivos recomendados para los adultos, en las que, por lo general, se priva o restringe el consumo azúcar y otros alimentos, en ciertos periodos prolongados del día. Esto puede ser perjudicial para la salud, porque la energía rápida que aporta el azúcar al organismo es esencial para que se lleven a cabo todos los procesos internos del cuerpo de manera más eficiente. Si el cuerpo no recibe la cantidad de azúcar necesaria con la alimentación diaria, habrá un desequilibrio para compensar este vacío, el cual puede causar condiciones como la hipoglicemia. 

Otro fenómeno que se debe analizar es el de la creencia de considerar los alimentos dulces como motivadores para que los niños se comporten de una forma determinada. No es correcto asociar ningún alimento a un premio o un castigo para fomentar alguna conducta en el niño; esto puede ser el primer paso para que se desarrollen malos hábitos alimentarios y peor aún, conductas inapropiadas de alimentación peligrosas, por comer en exceso, o por abstenerse de comer adecuadamente, dando paso a enfermedades como la obesidad o trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia, en otras etapas del crecimiento. 

En los casos de los niños que tienen una condición de salud especial que les impide consumir azúcar normalmente, como la diabetes, que puede ser hereditaria, es necesario que se consulte a profesionales de la salud y la nutrición para contar con una guía alimentaria, de acuerdo con su edad, peso, sexo y estado particular de salud.

Finalmente podemos concluir que los niños pueden consumir azúcar con moderación. El aporte energético de este alimento es tan importante que no se puede restringir ni eliminar radicalmente de la alimentación de un niño, sin asesoría profesional. El azúcar es un alimento natural y su función es permitir que el metabolismo humano funcione de manera adecuada. Como con todos los alimentos, el secreto está en el consumo balanceado.